sábado, 22 de diciembre de 2012

Follasas

A Alfonso y Rita, aunque creo que no han tomado nunca un Follasas, tenéis que probarlo algún día, jejeje.



          En las bodegas Castañeda, de Granada, había tres cosas dignas de admiración: la mocita que atendía la Caja, las vidrieras que daban a la calle Almireceros y un cóctel de taberna al que llamaban Follasas. Ocurría esto hace más de cincuenta años y el combinado tal, era la réplica al Portoflip, Manhattan o Claro de Luna que se consumían en otros ambientes más minoritarios.

          Pasaron los años, dejé de ir por allí y, hace unos días, salieron a relucir dando un paseo, las mezclas que se hacían por entonces. La Palomita: agua clara y aguardiente seco; Sol y Sombra: vino blanco de Valdepeñas a partes iguales con vino dulce de Málaga; Paso a Nivel: también en dos mitades, coñac de cualquier marca con anís dulce que in variablemente, tenía que ser de las Cadenas y la menos extendida, la Persiana, a base de menta y gaseosa.

          Y hablando y recordando, cuando quisimos darnos cuenta estábamos en las bodegas Castañeda. Había transcurrido desde la última vez que estuve allí, más de medio siglo. La mozuela ya no está -prefiero seguirla recordando con su juventud- las vidrieras han desaparecido y al combinado que refería al principio, le han cambiado el nombre. Ahora lo llaman Calicasas, aunque con la denominación antigua sirven en la actualidad una mezcla de vino dulce y gaseosa o seltz.

          Con la dificultad que entraña describir los sabores, logramos hacernos entender.

          No -nos dijo el camarero- ustedes lo que quieren es un Calicasas.

          Tomé un sorbo. Aquel era el sabor que, para mi propio asombro, aún estaba expectante en un rincón de mi memoria. Mis recuerdos dieron un respingo y sentí como si me estallaran, dentro de la cabeza, mil globos de colores. Oí la campanilla y las quejas de hierro del tranvía, la cítara de Lehner y el pregón de aquel merchante de frigoríficos de barro que, año tras año, llegaba con su borrico desde Córdoba:

          ¡A los pipos finos de la Rambla...!

          Había vuelto a mi tiempo y ésta es la fórmula que propició el regreso, la receta de un clásico granadino que se llamaba Follasas, aunque el camarero diga ahora que es un Calicasas.


          Ingedientes del Follasas:
  • 1/3 de Jerez dulce.
  • 1/3 de Jerez seco.
  • 1/3 de vermut.
  • Unas gotas Ginebra, de ron, de coñac y de naranja.
  • Un chorreón de agua de seltz.

          Productos, eso sí, todos foráneos pues Granada que es tierra de fuentes y de ríos, no es tierra de viñedos. Y ello a pesar de que su fundadora, la mítica Liberia, fuera la nieta del inventor de la viticultura, la cuarta nieta de un patriarca de nariz rojiza que se llamó Noé.






Texto sacado del libro 'Fogones Granadinos. Una dieta mediterránea', del autor Antonio Díaz Lafuente.







Os recomiendo tener este recetario de platos típicos granadinos en vuestra biblioteca, es un paseo por la cultura gastronómica de la tierra muy interesante y sabroso.
¡Buen Provecho!