Esta preparación necesita un poco de atención, pero elevará el potencial de vuestros platos.
- Preparar en un cacito o cacerola agua a la que añadimos 1 o 2 cucharadas de vinagre y calentarla hasta que cueza.
- En ese momento remover el agua con una cuchara para que se forme un remolino y sobre él dejar resbalar el huevo, ya cascado previamente en un cuenquito, volcándolo suavemente encima del agua que estará hirviendo suavemente y no a borbotones. Repetir la operación tantas veces como huevos tengamos.
- Si los huevos son muy frescos veremos que la clara, que es la que primero coagula, empieza a cuajarse envolviendo como si dijéramos la yema. Si el huevo no fuera tan fresco la clara quedaría mucho más desparramada.
- Cuando veamos que toda la clara está blanca, porque ha cuajado, y la yema tiene tan solo su película exterior de un color más tenue al que tiene en crudo, sacarlos con una espumadera e introducirlos en agua fría, pero meter y sacar nada más, para cortar la cocción y eliminar el agua avinagrada.
- Colocarlos encima de varias capas de papel absorbente de cocina que embeberá el agua restante.
- Proceder a tomarlos lo más rápidamente posible acompañados normalmente de salsas bechamel más o menos sofisticadas.
Yema separada de la clara y escalfada. |
Pueden hacerse de otra manera,
añadiendo en el agua hirviendo cuatro huevos como máximo, apagando el fuego a continuación,
tapando el recipiente y esperando 3 minutos para que se cuajen como nos
interesan.
También pueden escalfarse directamente dentro de una sopa de ajo o
sopa castellana, dentro de unas espinacas a la crema…
Espero que guste esta preparación del huevo y
¡Buen Provecho!
¡Buen Provecho!
No hay comentarios:
Publicar un comentario